Artículo publicado por VICE México.
Hace casi diez años que Alonso Noriega se convierte en Santa Clos, cada que llega diciembre. Pero lo hace de una forma muy inusual: visita hospitales, instituciones de niños con cáncer, asilos y escuelas para personas con capacidades diferentes.
Dice que lograrlo sin sentir que se le parte el corazón cada vez, es imposible. Sabe que la gente que se acerca a él, especialmente los niños, sienten mucha ilusión y de alguna forma tienen esperanza en que les cumpla sus deseos.
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