Artículo publicado por VICE México.
Estás en la tranquilidad de tu hogar, mirando una peli, fumando un porrito o comiendo algo cuando suena el timbre. Hasta ahí todo bien, podría ser un envío pendiente, un regalo o una agradable visita inesperada, pero para tu suerte, a la hora de preguntar “¿quién es?” resultan ser dos personas muy bien peinaditas, rectos como un asta y con un libro entre las manos: “Joven, ¿tiene un momento para hablar sobre Cristo?”, preguntan y ahí la velocidad de reacción es fundamental para seguir con lo que estabas haciendo o emprender un camino religioso hacia la salvación.
Pero, ¿por qué hay tantos? ¿de dónde sacan dinero para seguir su misión? Además, son un fenómeno casi mundial, una gran cantidad de humanos los hemos visto, y muchos de nosotros —si no es que la mayoría— hemos aplicado la elegante huida o el compromiso inexistente para zafarnos de sus artimañas predicadoras, pero entonces, ¿de dónde siguen saliendo?
Hace unos días encontré un video en el que un joven explica cómo es que se financia este grupo. Entendámoslo así: los Testigos de Jehová son como un medio de comunicación a pie que llevan la intención de difundir información que les llega de sus superiores —un grupo bien cabrón que lidera todo, se llama “Cuerpo Gobernante”—, bajo un esquema de cadena o pirámide, donde los que tocan tu puerta son el último eslabón de esa organización.
Dami Rui, de Chile, cuenta a través de su experiencia personal como Testigo, que la forma en que se expanden —en síntesis— funciona así: existe un grupo de testigos; de él se desprenden algunos y van a zonas nuevas donde predicar y comunicar su mensaje. Luego, cuando alguien le da al clavo y logra conseguir, pongamos, 30 personas comprometidas con la causa en un nuevo lugar, alguien del Cuerpo Gobernante buscará a este convencedor profesional para hacerle un trato: un financiamiento con intereses para crear instituciones en el lugar donde logró afincarse, sólo que hay un detalle, todo lo que se erija y construya se hará a nombre de este Grupo Gobernante, para que, si en un futuro colapsa o fracasa este nuevo gremio, el Cuerpo Gobernante tenga facultades para vender estas instituciones y quedarse con el dinero, esto sin deshacerse de su nómina de predicadores, sino reubicándola en otra congregación.
Sumado a esto existen las famosas donaciones, que no se van directamente a las instituciones o a causas específicas, sino a la Atalaya, al Watchtower, al Cuerpo Gobernante, mismo que financiará las siguientes instituciones. Entre ellos y los negocios piramidales, estamos rodeados de verdaderos genios.
Ahora, sobre el contenido que predican, este se produce en el Betel —casa de Dios—, una designación para los edificios que los testigos de Jehová tienen por todo el mundo y donde sólo se puede acceder cuando ya eres un Testigo de los más chingones. Ojo, sin recibir dinero, porque funciona como un internado en el que sólo puedes salir los domingos y en el que le sirves a Dios. Además, en lugares como Chile, hay congregaciones que tienen como requisito conseguir un carnet de indigente, para que ellos no tengan que pagar el seguro médico de sus predicadores.
Con esto sobre la mesa, toca poner atención a las organizaciones y grupos a los que pertenecemos o apoyamos —nosotros y nuestras personas cercanas—, para poder tener un panorama claro de qué es lo que un grupo, religioso o no, promueve, promete y cumple.
Si quieres conocer más a fondo las labores de los Testigos de Jehová, mira el canal de Dami Rui, desertor de la congregación y vloguero, o el sitio oficial del Cuerpo Gobernante.
Luis es el Cuerpo Gobernante de Instagram, síguelo aquí.
Luis Carreño https://ift.tt/eA8V8J
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