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jueves, 6 de diciembre de 2018

Esta es nuestra batalla cultural

Artículo publicado por VICE Colombia.

Artículo presentado por NIKE


Cabezas rapadas y ropa ancha. Sujetos furtivos que a través de aerosoles dejan su marca de madrugada en una ciudad sin dueño. Cuerpos que giran sobre su cabeza y se paran sobre sus manos como forma de baile y expresión. Relatos a la vez cotidianos y extraordinarios que cobran sentido a través de las rimas. En Colombia, el grafiti, el breakdance (o breaking) y el rap han luchado por varios años por el respeto y por un lugar. Desde los márgenes buscan ser reconocidos, no necesariamente para hacer parte del centro oficial, sino para poder ganar un espacio que les permita seguir dando sus respectivas batallas.

Parados en la raya y con los principios claros, el grafiti, el breaking y el rap —todos elementos del hip hop— han buscado impulsar su arte, que sea reconocido como tal. La lucha es constante frente a los detractores, guardianes de la cultura oficial que buscan decidir qué es arte y qué no. Que el grafiti solo son rayones, el breakdance no es un baile de verdad y al rap le falta música, han dicho. En este contexto de lucha, estas expresiones no buscan la aprobación conservadora y condescendiente del establecimiento: solo el respeto de la sociedad y espacios para desarrollarse.

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Foto: Camilo Mejía | VICE Colombia.

Esta batalla constante por mejorar la calidad de lo que se hace es la única alternativa. Como dice Hardem, “quienes venimos de condiciones sociales no tan privilegiadas por nuestro color de piel o nuestra condición económica tenemos que hacerlo bien. Los errores o ser falso sale demasiado caro. No podemos permitirnos el beneficio de la duda, no hay margen de error”, explica con contundencia. Así se batalla en el rap, en el grafiti, en el breakdance y en el básquet. Así se batalla en las calles.

Este artículo fue creado en el marco de la Nike Battle Force, un circuito de batallas de freestyle, grafiti, baile y baloncesto que se tomó Bogotá y culminó el pasado 30 de noviembre. Una serie de batallas que a partir de la celebración de unos tenis icónicos, como los Air force one, reivindicaron oficios y artes en ocasiones enmarcadas en el underground, un circuito de eventos que alzó la voz y se pronunció con vehemencia por crear cultura y hacer a muchos más, participes en ella. Quedarán muchas más batallas por venir, batallas que quizás pasarán pisando fuerte sobre un par de zapatillas Nike.

Santiago Cembrano https://ift.tt/2UnZxJf

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