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lunes, 17 de diciembre de 2018

La obsesión por el café en Canadá tiene muchas formas

Esta nota fue co-creada con Destination Canada

El año pasado, más adultos bebieron café que agua del grifo en Canadá. Existe una pasión especial en ese país por la bebida (son, según algunas fuentes, el territorio que más litros de café consume per cápita), y ese fanatismo resulta particularmente interesante si consideramos que no es un país productor, sino únicamente consumidor, de café. Es por eso que la identidad cafetera de Canadá es en gran parte el resultado de cómo se interpreta la experiencia de tomar una taza de ese líquido.

Para que puedas tomar una buena taza de café existe detrás una larga cadena de personas: desde los productores hasta quienes te lo venden y, por supuesto, los propietarios de cafeterías. En Ottawa, la capital de Canadá, la experiencia cafetera se vuelve bastante particular dependiendo del lugar al que vayas –y, literalmente, la pasión del dueño de esa cafetería. Actualmente, existe un auge de cafeterías especializadas en donde los consumidores no sólo pueden conocer cuál es el origen de los granos, el nivel de tostado y las formas específicas de prepararlo, sino que además hay cada vez más experiencias distintas para consumidores distintos.

The Ministry of Coffee, por ejemplo, es un homenaje a la capital canadiense. Para Alex Dhavernas, su fundador junto con Fadi Karam, este era el nombre más adecuado para una ciudad donde se encuentran las oficinas de gobierno. Su muy particular ministerio está especializado en ofrecer los mejores granos de café: “Traemos café de Vancouver a Nueva Escocia, así como algo de los Estados Unidos y hasta Alemania. Uno de nuestros favoritos personales es Heart Coffee Roasters de Portland, Oregon. Nos encanta la mezcla de espresso que tienen”.

The Ministry of Coffee abrió en 2013, primero con un pequeño local en el centro (Centretown), dedicado a la venta de café y alimentos. Cierra temprano y tiene una clientela muy diversa, desde trabajadores de gobierno, a estudiantes de la Universidad de Ottawa, hasta turistas. En cambio la sucursal del barrio de Hintonburg es más grande e invita a los clientes a disfrutar el café socialmente y, a tono con los residentes de esta dinámica zona residencial, por la mañana se llena de familias jóvenes con niños y por la noche ofrece una carta más amplia, con vinos y algo de coctelería, para las personas que quieren disfrutar de una velada tranquila.

Para Alex, es importante cómo las cafeterías se relacionan con las calles donde están y con las personas que las visitan. Él considera que hay que enfocarse en “los barrios de los que formamos parte. Me encanta caminar por la calle y charlar con clientes habituales que viven o trabajan en la zona, o que son dueños de un negocio. Realmente nos sentimos parte de la comunidad y parte de algo más grande”.

Feline Cafe
Cortesía de Feline Café

Entre gatos, libros, conciertos o piezas de arte pero, sobre todo, entre buenos granos de muchos tipos de café internacional, surge una nueva generación de cafeterías en Ottawa, impulsada por el boom cafetero del país norteamericano, pero comandada por jóvenes empresarios independientes que han amalgamado ideas de otros países con productos locales para ofrecer experiencias originales que refrescan vieja y caduca idea del consumo de café. Ninguna idea parece ser demasiado alocada y al fin y al cabo cada café se convierte en un sitio de expresión personal para conocer a personas con gustos tan raros como los tuyos.

Conoce todos los tipos de aventuras que puedes tener en Ontario aquí.

Ana Paula Tovar https://ift.tt/2S13MsK

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