Artículo publicada originalmente por VICE Asia.
Hace ocho años Ming Cu llevó a casa su primera tarántula. Era una tarántula de patas rosadas, nombrada así por sus colores únicos. Ahora la mujer de 28 años cocina, come, y duerme en su casa junto con otras miles de arañas en Bandung, una ciudad a tres horas de distancia de Jakarta.
"Desde hace ocho años, me obsesioné con las arañas", le dijo a VICE. "No puedo dejar de coleccionarlas. Quiero tener otras especies una vez he adquirido una. Siempre es así".
Ming Cu tiene actualmente alrededor de 2.000 arañas de varias especies, oscilando entre unas no tan venenosas hasta las definitivamente venenosas, que guarda en un cuarto lleno de terrarios de vidrio. No tiene ningún entrenamiento formal en arañas—todo lo que sabe de sus amigas de ocho patas vino de una enciclopedia de 300 páginas.
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