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martes, 11 de diciembre de 2018

"No nos den tratos preferenciales": Cómo tratar a inmigrantes según inmigrantes

Artículo publicado por VICE México.

Llevo casi dos años viviendo en México, emigré de Venezuela por las razones que todos conocemos. No tenía mucha idea de qué esperar, aunque históricamente se ha conocido como un país amigable con los inmigrantes. Cualquier calle que camines de la ciudad va a tener en el aire dos o tres idiomas y muchísimos acentos; uno de los atractivos más importantes que tiene la ciudad, y aunque recientemente muchísimos comentarios racistas salieron a flote debido a la Caravana Migrante, afortunadamente este tipo de aportaciones son una minoría.

Actualmente hay un resurgir de la ultra derecha en Latinoamérica y varias partes del mundo. Jair Bolsonaro ganó en Brasil con visibles comentarios antiinmigrantes, racistas y homofóbicos, Donald Trump tiene una agenda bastante conocida y en España, Vox acaba de ganar 12 escaños en Andalucía.

Cuando me preguntan cómo es migrar platico mi experiencia de forma concisa. Todos saben que no es fácil dejarlo todo y mudarse a un lugar donde no conoces a nadie, no tienes algún tipo de raíces o facilidades. De a ratos puede sonar bastante romántico, pero nada es más lejano a la realidad. Hay días en los que vas a querer abandonar todo, cuestionarte qué estás haciendo en ese lugar, pasar dificultades económicas y extrañar tu antigua vida. Es normal. Son procesos obligados que todo inmigrante tiene que pasar. Pero hay algo muy importante que hay que aclarar: cada migración es distinta así vengan de países con contextos parecidos. No hay una sola igual. Hay personas que sufren, extrañan, necesitan ayuda, pero hay otros que no y que simplemente quieren ser tratados como uno más.

Contacté a varios inmigrantes latinoamericanos para que contaran cómo les gustaría ser tratados, qué hacer y qué no hacer.

No nos den tratos preferenciales

Llevo en Argentina dos años. Toda ayuda es bien recibida, claro está. Pero una de mis metas desde que salí de Venezuela era poder hacer vida en este país. Ser uno más. Que dejen de conocerme como "el venezolano" y fuese un ser humano más. Sin colores o banderas. El nacionalismo me aburre y no quiero ser ese cliché. A veces, cuando estoy en la calle o en algún bar, toda la conversación gira en torno a Venezuela o cómo están allá. Y la verdad es un poco molesto, porque nunca me puedo sacar la etiqueta de "venezolano que la estaba pasando mal".

No lo digo de mala manera, solo que en el momento en que sales del país quieres echar raíces en el nuevo y tratar de alejarte de la manera más sana posible de sus problemas. Si todo el tiempo vives pensando en tu antiguo país jamás vas a poder soltarlo. Entonces, sí: gracias por el interés y la ayuda, pero preferiría ser uno más sin algún tipo de trato preferencial.

—Raúl, 31, 2 años en Argentina

Hay mucho más allá de nuestra nacionalidad

Esto es indiferente de dónde vengas. Tengo varios conocidos inmigrantes y todos opinan de manera parecida. Que nos encasillen con nuestro país no es nada positivo. Yo soy colombiana y no por eso estoy todo el tiempo viendo fotos de Colombia o escuchando a Carlos Vives. Es muy raro porque la gente siempre piensa que quiero bailar por ser colombiana. Es medio racista eso.

Tengo pensamientos y preferencias como cualquier persona del mundo. No siempre estoy añorando mi país (aunque claro que lo extraño). Si le preguntas a cualquier persona que esté en la misma posición que yo te va a decir probablemente lo mismo. Hay mucho más allá de nuestra nacionalidad.

—Lorena, 26, 3 años en México

Tenemos los mismos problemas que tú

Podemos tener situaciones especiales, claro está, y sobre todo si tenemos poco tiempo viviendo en el país. A veces me tratan de manera distinta porque piensan que mis problemas son los de mi país, y no. Tengo los mismos problemas que cualquier español tiene. Si en España aumenta la gasolina, yo salgo jodido. Si hay más inseguridad, salgo jodido. Pago impuestos, este país me importa igual o más que de dónde vengo. Acá es donde está mi presente y futuro, y mucho más viendo lo que sucedió en Andalucía.

La xenofobia está creciendo poco a poco y hay que detener esto. Repito esta idea porque al parecer los inmigrantes somos la causa de cualquier problema acá: tenemos los mismos problemas que los residentes, nacionales, extranjeros etc. Todos remamos para el mismo lugar y queremos que el país esté muy bien.

—Javier, 33, 4 años en España.

Inmigrante no es sinónimo de ladrón

Hace días vi un tuit que decía "inmigrantes hacen más peligrosa la CDMX" o algo así. Además de ser un titular bastante idiota, generaliza y crea preocupaciones a la gente común que los lee. Decía el texto que los colombianos asaltaban mucho.

Estamos viviendo una época dura para los inmigrantes. En todos lados te miran raro o mal dependiendo de donde vengas. Porque si eres gringo o europeo eres "bienvenido" y si eres de El Salvador pues como que mejor no.

Si los medios no se preocupan por este tipo de cosas, ¿quién lo hará? Ser inmigrante no es sinónimo de ladrón. No significa que llegaste a robar un país. Puedes haber emigrado por decisión propia, porque las circunstancias en tu país no estaban muy claras o por placer. Da igual.

—Carlos, 31, 5 años en México.

Podemos odiar ciertas cosas del país donde vivimos y eso está bien

Una cosa es estar agradecidos con el país que te abrió las puertas y otra es ser una especie de robot que no puede opinar mal de dónde está viviendo. Me ha pasado bastante. Cuando hay algo que no me parece, no sé: corrupción, preferencias, injusticias o qué sé yo, casi que todo mi entorno me mira raro por señalar esto.

Hay muchas cosas que me cagan de Colombia y yo, realmente ya me siento ciudadano y con el derecho de reclamar o exigir cualquier cosa al gobierno. ¿Tengo que ser colombiano oficialmente para poder hablar mal de donde vivo? Es muy raro esto. Claro que podemos odiar ciertas cosas del país y eso está bien. ¿O acaso tenemos que estar todo el tiempo contentos con las cosas que suceden? Es la base de ser ciudadano: exigir al gobierno y una calidad de vida decente.

—Mariana, 28, 2 años en Colombia.

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